sábado, 4 de octubre de 2014

SORGIN


SORGIN DANTZA
 
Danza mímico-burlesca, propia del Carnaval; la interpretan sólo varones, la mitad de ellos representan a hombres y la otra mitad, mujeres. Su sentido es de carácter amoroso, interviniendo en la pantomima un Asti (brujo) que acaso quiera representar al diablo, cuya intervención se da por descontada en todo juego amatorio. Originalmente se bailó en Mutriku y Antzuola; de esta última población se importó hace 125 años al barrio guipuzcoano de Oria (Lasarte-Oria), tomó carta de naturaleza y pervive allí. Fue enseñada por Manuel Goyarán, Alberto Orotegui y Joaquín Idígoras, naturales de dicho barrio guipuzcoano, al grupo Goizaldi de San Sebastián, en 1968.

 La "Sorgin dantza" de Lasarte-Oria
 Gaizka Barandiaran


La Sorgin-Dantza de Lasarte-Oria ha provocado en estos años en las almas de los ciudadanos la nostalgia hacia sus antepasados.
Hace tiempo había en Oria un Taller de Tejidos fundado por la familia Brunet. Hoy podemos decir que la Sorgin Dantza ha enraizado hasta las profundidades de las almas de los habitantes. El Baile Folclórico rebosa en un bello libro; no vamos a decir que se haya "esculpido en pedernal" -sculpantur in silice-, pero confiamos en que se mantendrá vivo en las sucesivas generaciones futuras.

Aun cuando la industria no ha sido folclorista, ese Taller de Tejidos resultó ser el entorno fundamental, al cual vinieron los trabajadores de Vergara y resucitaron la Sorgin Dantza en el barrio industrial. ¡Gloria a aquellos hombres!

En el barrio de Oria acogieron el nuevo patrimonio popular con atención y celeridad, y fue precisamente la industria la que hizo revivir el Viejo Folclore que en otros pueblos se había perdido. Los trabajadores de Oria recibieron el nuevo patrimonio de los vergarareses en propias manos; "tomaron" la tradición de Vergara y la habían "conservado" hasta la actualidad. Hoy, los Amigos de la Sociedad han vuelto a poner la Sorgin Dantza de Oria en lo alto.

Ahora, aquí mismo y a voz alzada, deberíamos rememorar los nombres de los trabajadores de Vergara, los nombres de los trabajadores acogidos en Oria, los nombres de quienes hicieron revivir la Sorgin Dantza, y los nombres de las personas de la Nueva Sociedad. Pero todos se hallan recogidos uno por uno en una larga lista en el hermoso libro recientemente publicado. ¡Recuerdos ahora y siempre!

Uno ha podido percibir en las reuniones que hemos celebrado cuán cálido era el aliento y la respiración de esas buenas personas de Oria a la hora de proteger la herencia de sus antepasados. Creo que el impresionante libro titulado "Oriako Sorgin Dantza ", editado con loables actos, constituirá un ejemplo único y extraordinario. Me temo que el ayuntamiento del pueblo, los habitantes de Oria, los Amigos de la Sorgin Dantza, fervorosos colegas de un audaz acto, se hayan juntado en el actual CLUB DE BRUJERÍA.

En cuanto a su contenido se refiere, el robusto libro "Oriako Sorgin Dantza" es de lo más hermoso, desde lo superficial hasta lo nuclear. Así relata Mª Luisa Brunet, de la familia Brunet: "Oria fue siempre un lugar de una marcada predilección por la música y la danza, y me maravillaba que en un pueblo con apenas 650 vecinos coexistiera un coro de voces blancas, una banda de música, y un grupo de baile de la 'Sorgin Dantza' ..."

No es de extrañar que Oria, un pueblo tan resuelto para las actividades, habiendo acogido con gran alegría la Sorgin Dantza en propias manos como un nuevo patrimonio, convertida en tradición popular y Folclore durante un siglo, "transmita" según "recibió" a las generaciones venideras, adornada con numerosas fotografías y vivos colores. No es, evidentemente, como un bello libro de lógica de Aristóteles que se lega para conocimiento de los ulteriores.

Pertenece al hombre folclórico y a la identidad popular; recoge la identidad popular. Si el Folclore del pueblo se pierde, algo del pueblo se muere, y no queremos que el pueblo muera, sino que resucite. Puesto que el Baile Folclórico es afortunadamente "vida", necesita ser "revivido" en sus días en la plaza del pueblo. No obstante, parece beneficioso y bonito guardar el puro recuerdo del baile semidesnudo, al igual que duermen los trajes de baile doblados en las arcas o arquetas.

Al recordar la historia de la Sorgin Dantza, y haciendo memoria sobre las circunstancias del Baile popular, conservaron el Folclore, junto con el Taller de Tejidos del señor José Manuel Brunet, tal como he mencionado, los Bailarines, los Chistularis y los Impulsores. Todos los nombres de esos buenos habitantes que sostuvieron el folclore popular constan en el libro.

Un recuerdo bien merecido, de verdad, porque "dando de la mano" y "cogiendo de la mano" de los habitantes de Oria la Sorgin Dantza, la tradición se convierte en el más auténtico folclore popular según la ley. Al decir que es auténtico no se está diciendo cualquier cosa.
Cuando un baile o una costumbre vive y muere en unas regiones, pero si a pesar de ello perdura en un rincón y la gente lo conserva aun habiendo desaparecido en otros lugares, es precisamente entonces cuando se convierte en folclore.

La Sorgin Dantza es un baile de carnavales. Sorginas e Intxisus son seres humanos. Pero la mitad son hembras, y se les llama sorginas. Los machos son Intxisus. Los sinónimos y signos empleados para el baile tienen un aire cómico. No obstante, siempre aparecen con una actitud comedida y como bella, no en revoltijos como representa el Aquelarre. En cada representación se percibe inmediatamente el ambiente teatral. Un tonto, repitiendo, los separa, tanto cuando se revuelven abrazados por parejas, como cuando cada uno de los dos grupos rodea a su pareja seduciéndola, y principalmente, en el ambiente final.

Cuarenta fotografías, la mayoría de ellas realzadas por un color rojo, iluminan mucho el libro. Es, además, muy favorecedor, porque el lugar y cambios de cada bailarín se hacen notar con colores. Dicho en general, los protagonistas del pueblo, los Bailes, al aparecer, lo hacen pulcramente y con detalles en grupos.

Parece un Aquelarre populoso, que desean crear la melodía, los signos y gestos falsos del baile. Sobre todo porque las melodías F) y H) con sus ritmos convierten el Aquelarre en muy agradable.
Prueba con el comienzo de la música F) y a ver si en los dos puedes tocar MI bemol y MI natural. En ambos casos tiene su toque, inmediato y perceptible. Si se opta el MI natural, los ritmos son alegres, y eso mismo se percibe con el SI natural.

La melodía H), que es la más agradable en cuanto a música y teatro, el Aquelarre entero, con Intxisu y Sorgin, parece ser la actuación más espectacular. Es un Aquelarre instruído y populoso, no informal ni feo. Tres veces en las tres notas pisadas los pies marcan con el zotarrain. Tras tres puñetazos, en un rato de silencio del puntillo hacen gestos de vuelo. Para que esta especie de Aquelarre resulte más bonito y agradable, apuntan al cielo con los dedos medios de las manos tres veces, al ritmo de los pies. En este Aquelarre, la influencia del Baile Teatral es más evidente. Como he dicho, no es un Aquelarre desordenado o feo, que se embellezca con el alboroto. Es un Aquelarre populoso de proceder humano.
Al final, todo el grupo baila el Fandango y el Arin-Arin al estilo vizcaíno.


Lasarte-Oria:

Antzuola:


0 comentarios:

Publicar un comentario